Cuando el 80 % de la humanidad no habla inglés
Aunque el ecosistema del software libre sea bastante anglófono, admitir otros idiomas en un programa permite multiplicar por cinco o por diez el número de usuarios potenciales. Esto supone una complejidad y un costo alto, aunque único, que al asumirse, salvo que se emplee automatización, permite un número ilimitado de lenguas.
Un ecosistema muy anglófono
El mundo del software libre y de código abierto es sumamente diverso, y abarca desde las capas de interacción con el hardware hasta los programas que utilizamos cotidianamente en nuestros computadores y teléfonos. Todas estas herramientas existen exclusivamente por y para sus usuarios y usuarias. Algunos de ellos se interesarán por la herramienta y contribuirán a esta; otros solo se interesarán en alcanzar sus propios objetivos de la manera más ágil posible.
En el mundo del software libre, el inglés es la lengua de trabajo por omisión, mayormente utilizada de manera escrita. Este funcionamiento es un estándar de facto, aceptado sin muchas dificultades por lo que se denomina «la comunidad del software libre», un término genérico que engloba el conjunto de personas que contribuyen a uno o más programas libres.
Por comodidad, los desarrolladores de software utilizan a menudo el inglés en vez de su lengua materna. Consecuentemente, ellos rara vez comprenden las dificultades que implica la traducción (frases cortadas en varios fragmentos, variables sin nombre, jerga técnica difícil de comprender y traducir, etc.).
Peor aún, estas personas pueden sentirse incómodas por la falta de control sobre lo que en efecto se muestra al usuario.
Una población mundial escasamente anglófona
Es muy probable que la lengua materna de los usuarios no sea el inglés. E invitar a los desarrolladores a utilizar su lengua materna no soluciona el problema, dado que es muy probable que esta lengua no sea la de los desarrolladores a cargo de la herramienta.
Independientemente del idioma, los usuarios prefieren utilizar su propia lengua para alcanzar sus objetivos, puesto que esto aumenta la comodidad de uso y la eficacia. El poder utilizar su lengua también puede ser un prerrequisito para emplear el programa, en caso de no dominar el inglés.
Existen estimaciones pormenorizadas de población por lengua y territorio provistas por el Consorcio Unicode, o más específicamente, por el CLDR. Estas estimaciones indican que un 21 % de los habitantes del planeta hablarían inglés. No obstante, aquí «hablar» implica situaciones muy diversas; si se considera a las personas con nivel nativo o que dominan el uso actual, este porcentaje se reduce al 9 %.
El desafío de buscar aumentar el número de usuarios consiste de aumentar el número potencial de contribuidores, quienes darán sus primeros pasos a través de una corrección de traducción o de una traducción completa, para pasar a realizar otras actividades más o menos técnicas (comunicación, asistencia, documentación, pruebas, programación…). Es posible no conocer la lengua de origen del programa y utilizar otra lengua como apoyo para realizar una traducción.
Para incrementar el número de usuarios potenciales, es necesario añadir compatibilidad lingüística. A esto es lo que denominamos internacionalización.
La complejidad de la internacionalización
Para admitir varios idiomas se necesita:
- emplear herramientas que ofrezcan las funcionalidades necesarias (marcar el contenido para traducir, traducirlo y diseminarlo)
- cambiar sus procesos de diseño de software para integrar el trabajo de traducción (cuando el código se finaliza, debe informarse a las personas que realizan las traducciones e integrarse su labor)
- atender las necesidades vinculadas a la actividad de traducción. Esto necesita un interés en la programación, los formatos de traducción, las formas de pluralización, la adaptación de herramientas, etc.
Y además de la interfaz de usuario, también debemos incluir la interfaz de línea de órdenes, los sitios web de presentación, los boletines informativos, la documentación en línea, las páginas de manual, los informes de novedades por versión…
La internacionalización cuesta tiempo y requiere competencias técnicas avanzadas. Desafortunadamente, algunas herramientas de software no incluyen ayuda, por lo que el experto deberá valerse por sí mismo o cambiar de herramienta.
La buena noticia es que este trabajo solo necesita hacerse una vez para admitir una cantidad teóricamente ilimitada de lenguas. Es buena noticia porque existen hoy en día entre 7000 y 9000 lenguas, de las cuales más de 2500 están en riesgo de desaparecer. Si fuera necesario realizar un trabajo especializado por idioma, pocos serían los desarrolladores dispuestos a invertir esfuerzos en un idioma con un número reducido de hablantes. Y en nuestra época, no tener presencia en el mundo digital es peligroso.
El papel de Languages-in-floss
En este contexto, la iniciativa Languages-in-floss tiene por objeto compartir con usted nuestras experiencias en terreno al hacerse cargo de proyectos en francés, árabe, cabilio y occitano.
Sea usted promotor de una lengua o desarrollador de software, descubrirá que el plurilingüismo es posible en cualquier actividad ligada al software libre y de código abierto; intentaremos facilitarle la vida en este mundo complejo.